Tendencias

UN MUNDO ACUÁTICO

Principio de mes, y retomamos las tendencias conceptuales, macro y abarcativas.

Para agosto seleccioné el universo alrededor del elemento agua.

Como razonamiento acompañante de los cambios de hábito que conllevan a un consumo más sustentable, nuestro vínculo con el agua también debe resignificarse.

En base al concepto de la deconstrucción de nuestro rol en el sistema natural y sus ciclos, existen dos cualidades y sensaciones que vinculamos al agua: condensación y fluidez. Este elemento es dual y contradictorio en sí mismo. Por ende, la ambigüedad como mensaje es uno de los pilares de las tendencias por venir.

Las conexiones entre el agua, el color azul y la ambigüedad propia del ser humano son parte de la concientización del momento.

El agua como fuente generadora e incubadora de placeres. El ser humano como conocedor de ese placer que genera satisfacción y plenitud pero, a su vez, también genera culpa y remordimiento. El agua como parte de esos fluidos corporales que permiten el desarrollo y la excitación propia del acto sexual. El agua como parte de ese proceso de condensación del placer a través del orgasmo.

L@s individu@s que participan de la actividad sexual íntima pueden sentir placer de igual manera, sin impedimentos ni restricciones corporales. L@s individu@s son dos en uno, se fusionan y se dejan fluir por la pasión. Por esta igualdad en la fluidez y condensación es pertinente la eliminación del género como tal, y la aceptación de la androginia como regla.

El fin de esta era es romper con este pre-concepto que limita el uso libre de las prendas. 

De este modo, comenzamos a sentir un atractivo desmedido por prendas que jueguen con esos estereotipos que tenemos asociado a lo femenino y lo masculino, permitiendo la fusión inconclusa de estos ‘opuestos’.

El género, al igual que el agua y el azul contiene elementos contradictorios pero congruentes que permiten la fusión de la contradicción en pos de la ambigüedad.

Si llevamos este universo acuático a tendencias más tangibles y visuales, nos encontraremos con tres elementos que están en auge: la iridiscencia, la fluidez y la transparencia.

En primer lugar, la transparencia en contacto con la luz genera un efecto de multiplicidad de colores en constante mutación. Esto atrapa al ojo humano e introduce una nueva fuente de inspiración que deviene de la diversidad producto de lo traslúcido. 

Nos sentimos atraíd@s por la variabilidad de colores y su mutación constante. Sentimos que esto representa nuestra propia experimentación cambiante y fluida.

Como parte de los múltiples estados que puede tomar este elemento, la fluidez es el que nos lleva a tomar consciencia sobre su finitud y debido cuidado. El agua y su fluidez que remite a su extinción es inspiración. 

Así, encontramos afición por las siluetas lánguidas, los tejidos volátiles y cualquier prenda que acompañe el movimiento flexible de nuestros propios cuerpos.

Por último, tanto en lo tangible como en lo conceptual, buscamos lo transparente. Aquello que deje ver la historia detrás de lo que consumimos, el cuerpo detrás de la prenda, las marcas en la piel y en los objetos que hacen a lo único e irrepetible.

WORKSHOP María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias

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