Derivando de la afición por los guantes, sobre la que hablamos el mes pasado, hoy nos seguiremos sumergiendo en aquellos accesorios que hacen de segunda piel.
Este es el turno de las medias, y no cualquier tipo de medias, mas bien las medias largas o cancán.
Al igual que con los guantes, sentimos una necesidad de protección de nuestra piel, pero también de cierto juego de camuflaje con la misma. La búsqueda que impulsa esta tendencia se tiñe de opuestos complementarios, lo cual permite su popularidad. Cualquiera sea el extremo que busque satisfacer una necesidad, puede encontrarlo a través del uso de esta tendencia.
Las medias largas nos remiten a los años 60s y 70s, en donde el camuflaje fue parte de la expresión corporal artística primordial para acompañar una revolución y cambio de era.
Esto mismo está sucediendo ahora. Nos vemos enfrentad@s a un cambio radical de organización social y de replanteamiento de nuestros hábitos y formas de comunicarnos para con el mundo, tanto desde lo humano como desde lo primitivo.
La prueba-error es parte de las tendencias que definen a la década que estamos transitando. La posibilidad de probar nuevas pieles y máscaras de forma limitada y pasajera nos da una sensación de alivio que nos anima a la búsqueda de nuestra real identidad y nuestro auténtico estilo.
La experimentación es primordial a la hora de vestirnos y encontrarnos en el proceso de ese arte de la comunicación.
Pero, también, somos cada vez más conscientes de lo que esta experimentación conlleva y representa. La prueba constante con margen de error incluye el descarte.
Y, como parte de la conscientización mundial que deviene de la crisis vivida estos últimos años, el descarte deja de ser opción. Entonces, ¿cómo encontramos aquel punto medio en el que nos sintamos responsables ambientalmente sin necesidad de casarnos con un producto, un color o una forma?
Los accesorios son la vía de solución a esta problemática. Incluso, la re-utilización y deconstrucción de los mismos forma parte de esta búsqueda consciente.
Así, seguimos sintiéndonos representad@s por la necesidad de camuflar nuestro cuerpo respetando su forma. Retomamos elementos como las medias largas que permiten jugar momentáneamente con nuestra piel real, y convertirla en algo ficticio.
El juego sigue siendo un puntapié principal de inspiración para vestirnos en este 2021, y las medias largas ayudan a hacerlo realidad.
Por esto, nos encontraremos con la vuelta de este accesorio en motivos poco tradicionales que nos remiten a la infancia e incluso a la naturaleza.
Nuestro cuerpo busca esa fusión con el pasado al que tanto ansiamos volver, imprimiéndolo en nuestra propia piel. Las medias largas dejan de ser símbolo de esconder la imperfección, y mas bien abren las puertas a un universo lúdico en donde los colores y los estampados se adhieren a nuestros cuerpos.
En contraposición, tener la piel al descubierto es algo que todavía a much@s les cuesta retomar luego de la pandemia. La exposición de la piel al desnudo puede generar una sensación de peligro y des-protección, en donde creemos que cualquier amenaza nos puede alcanzar.
Ambos extremos buscarán refugio en este accesorio. Vos, ¿las usás por protección o para experimentar tu propia identidad?
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WORKSHOP María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias
