Hoy, viramos un poco y nos concentramos más en las tendencias que se alinean con un cambio de paradigma: la sustentabilidad.
Como ya hemos desarrollado en otras oportunidades, lo sostenible no puede ser tratado como una tendencia, ya que inconscientemente estaríamos proyectando su futura muerte y desaparición. El enfoque siempre está en hablar con propiedad, ser conscientes del lenguaje que usamos porque éste nos ayuda a construir nuestra forma de actuar y pensar.
Lo sostenible invita a replantearnos nuestros hábitos de producción y de consumo, y esto deviene en un montón de innovaciones, entre ellas, los tejidos naturales.
¿A qué llamamos tejidos naturales? A toda textura construida a partir de la experimentación con elementos y micro-organismos propios de la naturaleza.
Continuamos buscando distintas formas de aplicar lo experimental a nuestra cotidianidad y procesos creativos. En este caso, nos animamos a jugar y probar nuevas formas de crear tejidos desde la naturaleza ya conocida.
La necesidad de experimentar se traspola a todo aquello con lo que estamos en contacto a diario. No sólo buscamos experimentar con el cuerpo y con la forma de vestirnos, sino con todo proceso que nos compete habitual y creativamente.
Si nos adentramos en la innovación de tejidos, encontramos nichos de experimentación desde la mutación biológica y el crecimiento de micro-organismos. Tejidos a partir de moléculas que se entretejen y dan luz a una nueva noción sobre la fusión de la tecnología y la naturaleza.
Aquí los hongos se vuelven a hacer presentes. Ya los tenemos vistos y consumidos desde los estampados hasta las morfologías. Incluso nos inspiramos en ellos, indirectamente, mediante la vuelta a las raíces y reconsideración de ideologías y estéticas asociadas a la revolución hippie y los movimientos revolucionarios de los años setenta.
La psicodelia y la revolución en pos de la evolución, así como el cuidado e interés por el medio ambiente y la humanidad, todos son conceptos e ideologías que se conectan entre sí, y pueden ser manifestadas mediante estéticas asociadas a los hongos.
Como estética en respuesta a un cambio en nuestra forma de pensar, el desarrollo de nuevos tejidos a partir de la naturaleza, y la popularización de los mismos, refleja lo masivo de esta necesidad de cambio.
Revaloramos y damos sentido a la perfección desde una nueva visión en donde la irregularidad, lo natural y lo orgánico tiene más valor que aquello que vinculábamos a la perfección en el pasado, una perfección limitante y tan inalcanzable que nos lastimaba.
El 2021 es tan solo el comienzo de la masificación de lo sustentable. Esto es algo que llevará tiempo de costumbre y ejercicio, pero el camino está marcado.
Las generaciones más jóvenes exigen transparencia, diversidad y cuidado para con el medio ambiente. Estas exigencias ya son un indicio de un futuro que nos da esperanza sobre la evolución humana, un futuro más comunitario y menos individualista, un futuro más cíclico y fluido, sin resistencias ni choques o fricciones.
Los tejidos naturales son una señal del cambio masivo por venir.
Pero, siempre recuerden, que hay una contra-tendencia presente.
Vos, ¿estás del lado primitivo natural o del lado de la robótica digitalización?
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Posted by María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias.
