En esta oportunidad, vamos a volver a hablar de colores.
La gran pregunta del 2021 se relaciona a la convivencia de extremos, ¿cómo dos opuestos que no parecen ser complementarios, refieren o devienen de lo mismo?
Tomamos el color negro como disparador para formar una paleta de colores monocromáticas entre grises y el negro.
Año tras año, al hablar de tendencias, intentamos dilucidar y categorizar la temporada a través de una selección reducida de colores significativos. Pero, qué sucede cuando la expansión global es tal, que parece no haber un orden o bajada de línea sobre qué se usa y qué no.
Para much@s esto será un problema. Acostumbrad@s a que siempre haya una regla y un ‘deber hacer’, la libertad de elección sin prejuicios ni normas es demasiada libertad de golpe, demasiadas opciones para elegir cuándo no estamos segur@s ni sabemos quienes somos realmente.
A medida que todo se globaliza y se aceleran los procesos y ciclos, pretender que un solo color uniforme sea la bajada de línea es ilógico.
Para much@s otr@s este cambio en la industria será el alivio que estaban esperando. La posibilidad de elegir y mutar a través del color, es infinita y acorde a la propia versatilidad humana.
Ahora bien, ¿cómo hace tanto color para convivir con el re-surgimiento del negro y el gris?
Los opuestos complementarios también se encuentran en el color, y los grises, por más insulsos que parezcan, tienen mucho que representar y decir.
El negro es el color de la revolución y de los nichos. Es la tonalidad que representa la rebelión disparada por el vacío.
A diferencia de la búsqueda de libertad a través de la multiplicidad de colores, en estos grupos, la libertad será encontrada mediante la falta de color. Algunos nichos implementarán la fuerza, otros lo misterioso, otros el poder, pero todos apuntarán al mismo objetivo: la libertad y destrucción del sistema pre-establecido.
Las tonalidades grises que derivan de esto, también representan una alternativa de discurso revolucionario sin necesidad de acudir al anarquismo y/o provocación. En este caso, el puritanismo y la neutralidad son conceptos fundamentales para entender una revolución callada y simulada.
Incluso, detectaremos cómo el neo-puritanismo responde a la tendencia macro ‘El lado oscuro’ en donde el color rojo también es protagonista, como simbolismo de conexión y sacrificio. Esto se debe a que el paganismo y el ocultismo también influyen en los cánones nuevos de belleza, respetando e inspirándose en lo secular y oscuro propio de fines del siglo XIX.
El gris representa a la revolución soslayada, al silencio mantenido en pos de un gran cambio a largo plazo, un silencio que esconde planificación e inteligencia, que prefiere dar pasos lentos, seguros y precisos.
El negro representa a la revolución a todo volumen, que ya no tiene miedo ni necesidad de esconderse, que busca la unión a través del uniforme y centra el mensaje de libertad en el afuera, en el discurso, sin necesidad que este se exprese en la vestimenta.
La ironía conceptual está de vuelta.
–
Posted by María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen, especializada en análisis y predicción de tendencias.
