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LA ASIMETRÍA Y LOS RECORTES SE CONVIERTEN EN METÁFORAS REVOLUCIONARIAS

A medida que nos adentramos en el universo de la diversidad, el derribamiento de estereotipos, y la ruptura de esquemas, la imperfección reina por sobre todas las cosas.

Tendemos a asociar lo perfecto a lo uniforme (tanto literal como social), lo estable, lo infinito y lo simétrico. No obstante, tal como notamos gracias al retorno de la estética 2000, cuanto más desafiemos los límites entre la fealdad y la belleza, más cerca de la satisfacción nos sentimos.

De este modo, llegan aquellos opuestos a lo que alguna vez fue perfecto, para sostener esta idea abstracta y darle una morfología tangible a algo tan conceptual. Damos, así, luz a la asimetría como tendencia.

Lo obvio y previsible nos aburre, más bien nos satura. Estamos agotad@s de la monotonía, la rutina y el ‘deber ser’ y ‘deber hacer’. Much@s estamos en la búsqueda de la estimulación constante, de la experimentación, del efecto sorpresa.

Si esto lo trasladamos al mundo de la indumentaria y los accesorios, nos topamos con una necesidad morfológica de salirnos de la norma. Si ahí ‘tiene que haber’ una manga, entonces que no la haya… Si en ese costado ‘debería coserse’ un bretel de 5cm entonces hagamos uno de 2mm…

Para lograr un efecto de disrupción morfológica y asimetría, no es siempre necesario recurrir a lo reconstruido y radical. También, podemos generar ese efecto visual soslayado, ideando ciertos detalles que se salgan de la norma, así como buscamos nosotr@s hacerlo en nuestra vida cotidiana.

La asimetría se convierte en la representación lógica y física de la imperfección, mediante la innovación morfológica.

A su vez, los recortes también son parte de esta tangibilización de lo imperfecto, irregular y sorpresivo.

A través de la tendencia del DIY y la customización de las prendas, entendimos lo importante que se nos hace, hoy en día, encontrar un nexo entre la intervención del consumidor y la técnica del creador. Los recortes son parte de esta intervención.

Llevados a una adaptación desde l@s diseñadores y creadores, los recortes se profesionalizan y traducen en sustracciones en tipologías clásicas. De este modo, también se encuadra una nueva concepción de perfección imperfecta, en donde lo primordial radica en el recorte, el agujero, la falta de tejido que genera disrupción y asimetría donde ‘no se debería’.

Por último, la necesidad de mostrar piel y el juego provocativo y sensual es parte de esta revolución.

Así, la exhibición de ideales también se tangibiliza.

El cuerpo se convierte en soporte de este estilo de prendas que intentan mostrar la piel, y romper con ciertas reglas implícitas y retrógradas que definen qué se debe mostrar o no del cuerpo.

El molde deja de existir y todo se trabaja sobre y adhiere al cuerpo.

Posted by María Blardone. Comunicadora de moda y asesora de imagen.

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